HISTORIA
DE LA "FERIA CHICA" MEDINENSE
En la Villa de Medina
del Campo a 17 de marzo de 1887, se reunió el Ilustre Ayuntamiento en la
Casa Consistorial, con la asistencia de los señores Concejales Don Juan
Molón, Don Alfredo Velasco, Don Pedro Romero, Don Segundo de la Vega, Don
Ignacio Pérez y Don Clemente Sánchez de Toledo, bajo la presidencia
del Excelentísimo Señor Don Francisco López Flores, Teniente
de Alcalde, por enfermedad del Señor Alcalde - a la sazón Don Sebastián
Fernández Miranda- con el fin de celebrar la Sesión Ordinaria de
este día, que siendo las 12 de la mañana, en Señor Presidente
declaró abierta".
Sigue el acuerdo municipal y
dice: "Por el Señor Presidente se expresó que varios vecinos
de esta Villa le habían expresado el deseo, la conveniencia y aún
la necesidad de establecer una feria en la misma, a más de la ya existente
-San Antolín-; que esta idea la acogió con sumo gusto, como supone
lo harán los demás Señores Concejales, por creer con sobrado
fundamento lo beneficioso que sería a esta población: que la reunión
de compradores y vendedores en sitios y días determinados facilita los
cambios, ofrece al consumo, frutos y otros productos que de otra manera no sería
fácil adquirir y es un poderoso estímulo para impulsar a la agricultura,
al comercio y a la industria, garantes de la riqueza no sólo de esta población
sino también de las limítrofes y de la Nación".
Continúa el Acta de Secretaría
y dice: "La Corporación Municipal, abundando en los deseos expuestos
por el Señor Presidente y considerando que, en virtud del Artículo
72 de la Ley Orgánica, es de su exclusiva competencia la creación
de ferias y mercados, ACUERDA que anualmente se celebre en esta Villa una feria
de ganados, maderas y frutos y demás objetivos en los sitios que se acostumbra
en la que hoy existe, que dará principio el 13 de junio y terminará
el 15 de igual mes, sin perjuicio de poderla prorrogar por algún día
más si así conviene al público; que se de la mayor publicidad
posible, que las Comisiones de Fiestas y Ferias propongan cuanto sea necesario
al objeto de que tenga lugar en el presente año, auxiliadas de los que
elijan los vecinos que se habla al principio y abonar los gastos que sean necesarios
de la partida consignada en el presupuesto con tal objeto, cuyo pago se servirá
ordenar el Señor Presidente, con lo cual se levantó la sesión
que firmaron todos los Señores Concejales que como secretario doy fé".
Así, con solo 86 días
de plazo el Ayuntamiento de la época había tomado las medidas necesarias,
preparado y habilitado los espacios feriales, dejando exentos los "consumos"
a los concurrentes y facilitando forraje gratis para los ganados, con el fin de
ayudar y facilitar el alumbramiento de un evento ferial que, con altibajos y algunas
suspensiones durante la Guerra Civil y años posteriores, sigue, adecuado
a los tiempos modernos, y conocido con el nombre de Feria Chica o de San Antonio.
La primera edición y las
siguientes instalaron los recintos feriales en la explanada del Acuartelamiento
del Marqués de la Ensenada, [fotos]-
en la Plaza
Mayor y
las inmediaciones del Hospital
de Simón Ruiz.
Había nacido San Antonio
y para animar la vida cultural de la villa, con lo que hoy se llaman actividades
paralelas, el Ayuntamiento programó una serie de actos lúdicos que,
abarcando la música y las luminarias, contaron también con bailes
y actuaciones teatrales en el hoy desaparecido Teatro
Isabel la Católica.
Tras años de gloria y
varias vicisitudes, San Antonio terminó por desaparecer, hasta que en la
segunda legislatura democrática, presidida por el socialista Ignacio Cano,
tildado siempre de dictador pero que supo dar en aquellas calendas participación
a todos los concejales de oposición, un edil de AP, don Feliz del Barrio
Calvo, gran conocedor del mundo de la maquinaria y la agricultura, planteó
la recuperación de la Feria de San Antonio.
Del Barrio, con pocos medios
y mucha ilusión consiguió sacar la misma adelante sin acuerdos municipales,
aunque con el consenso de toda la Corporación, y restauró, con solo
35 días el evento ferial, utilizando para ello como recinto inicial el
viejo polígono industrial de Medina del Campo.
A partir de ahí, la feria
se trasladó a lo aledaños de la Plaza de Toros y al propio Mercado
de ganados hasta que, en 1993, el entonces jovencísimo empresario medinense
Javier Cuevas Rodríguez planteó al Ayuntamiento la transformación
del evento en una Feria de Muestras, que se instaló inicialmente, y ya
bajo carpa, en el triángulo que figuran, en la Plaza
Mayor,
la Colegiata y el Ayuntamiento en la línea imaginaria que
une las calles Almirante y Simón Ruiz.
A partir de ese momento, el "Grupo
Idea" - actualmente "Grupo
10"-, de Javier Cuevas, con
la única excepción de un año, se encargó de la organización
de la Feria
de San Antonio, que poco a poco
fue aumentando su perímetro, llegando a ocupar la totalidad de la Plaza
Mayor.
Merced a la calidad de los productos
ofrecidos y a las enormes campañas publicitarias desplegadas, San Antonio
ha llegado a concentrar en alguna de sus ediciones a más de 60.000 visitantes.
Un hecho que ha supuesto un triunfo sin precedentes en la Feria de San Antonio,
tras el renacimiento de la misma a finales del siglo XX.
J.
Solana